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El juego de las excusas: Deja de pelear con tu yo perezoso


¡Ah, las excusas! Esas pequeñas mentiras que nos contamos a nosotros mismos para justificar nuestra pereza y evitar hacer ejercicio. ¿Quién no ha caído alguna vez en ese juego? Pero hoy, querido lector, te desafío a dejar de pelear con tu yo perezoso y a tomar el control de tu vida activa. ¡Es hora de vencer esas excusas una por una y descubrir la verdadera fuerza que llevas dentro!


Excusa #1: "No tengo tiempo"

Seguro que has escuchado esta excusa una y otra vez, ¿verdad? El tiempo es un recurso valioso, pero déjame decirte algo: si realmente quieres hacer ejercicio, encontrarás el tiempo. Quizás debas despertarte un poco más temprano o sacrificar un episodio de tu serie favorita, pero créeme, merece la pena. Elige actividades que se ajusten a tu horario y haz del ejercicio una prioridad en tu vida.


Excusa #2: "Estoy demasiado cansado"

El cansancio es un enemigo común, pero también puede ser un aliado. El ejercicio te ayuda a aumentar tus niveles de energía y a combatir la fatiga. Así que, en lugar de quedarte acurrucado en el sofá, levántate y mueve tu cuerpo. Verás cómo esa sensación de cansancio se transforma en energía renovada.


Excusa #3: "No tengo el equipo adecuado"

¡Ah, el equipamiento! Parece que siempre nos falta algo para empezar. Pero déjame decirte un secreto: no necesitas un gimnasio completo ni equipos costosos para mantenerte activo (por favor no le vayas a decir a mi jefe que escribí esto). Puedes hacer ejercicio en casa con tu propio peso corporal, realizar actividades al aire libre o incluso encontrar alternativas ingeniosas con objetos de uso cotidiano. ¡La creatividad es la clave para superar esta excusa!


Excusa #4: "No sé por dónde empezar"

La falta de conocimiento puede ser abrumadora, pero no te preocupes. Hay una gran cantidad de recursos disponibles: videos en línea, aplicaciones de entrenamiento, libros y profesionales en el campo del fitness, eso sí cuidado con los influencers sin estudios (no querrás tener que lidiar con una lesión para el resto de tu vida). Empieza por explorar diferentes opciones siendo lo más específico posible con tus limitaciones y encuentra la rutina que más te gusta. Recuerda que todos comenzamos en algún lugar, así que no temas hacer preguntas y pedir ayuda.


Excusa #5: "No soy lo suficientemente bueno"

¡Oh, el síndrome del impostor! No permitas que tus pensamientos negativos te detengan. Todos somos principiantes en algún momento y el progreso se logra paso a paso. No te compares con otros NI TE EXIJAS MÁS DE LO NECESARIO (no estás en la final de los juegos olímpicos donde tu país te pueda indemnizar o pensionar). El único objetivo que debes tener en mente es superarte a ti mismo día a día. Recuerda, cada pequeño logro cuenta y te acerca más a tus metas.


A partir de ahora, mantén presente que tú eres el protagonista de tu propia historia. No permitas que las excusas te alejen de alcanzar tus metas y sueños. Cada día es una oportunidad para superarte, reírte de tus excusas y demostrarle a tu yo perezoso de lo que eres capaz. Así que, levántate, sacude la pereza y adéntrate en este estilo de vida. Explora nuevas actividades, encuentra un entrenamiento que te haga sonreír y rodeate de personas que te apoyen en este camino. Recuerda que el ejercicio no solo beneficia tu cuerpo, sino también tu mente y espíritu.

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